El Castillo Palacio de Peñíscola (popularmente: "Castillo de Peñíscola"), también conocido como el Castillo del Papa Luna, está en el punto más alto del casco antiguo de la ciudad, la cual se levantó sobre una península o peñón rocoso separado, hace un tiempo, por un tómbolo que en su día era de arena, pero hoy se encuentra totalmente edificado. Se empezó a construir en el año 1294 por los Templarios sobre restos de una antigua fortaleza árabe y se finalizó la obra 13 años después. En 1319 disolvieron la orden del Temple y el castillo pasó a manos de la Orden de Montesa.
Los reyes aragoneses como Jaime I y sucesores, tenían por costumbre donar los castillos y sus dominios a los nobles u órdenes militares que colaboraban o les ayudaban en las guerras. Una de ellas era la del Temple (templarios) y, entre otras: la de Montesa. Ésta última fue la más trascendente en la configuración del territorio originario del Maestrazgo y la fortaleza de la que aquí tratamos, perteneciente a esa comarca histórica, tomó un enorme valor en esos tiempos medievales.
Muchos conocen la historia de Castillo de Peñíscola por la parte correspondiente al Papa Luna, pero la mayoría desconocen la importancia que tuvo en los tiempos de nuestra reconquista. Es preciso recalcar que no se trata de un asunto valenciano o castellonense, sino puramente hispano, pues las coronas de Aragón y Castilla lucharon en la conquista de las tierras dominadas por los musulmanes para conformar, al fusionarse, una nueva nación a la que denominarían, posteriormente: “España”.
Cabe resaltar la importancia de Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor) en la historia del castillo: en el año 1411 lo convirtió en su sede pontificia y de ahí le viene el nombre de "Castillo del Papa Luna". Mantuvo una larga lucha contra sus enemigos por no renunciar a su posición de Papa. Así surgió tan popular frase: "mantenerse en sus trece". Hay una leyenda que afirma que, hasta hoy, vaga su fantasma por el castillo, asomándose por las ventanas y repitiendo la frase que le caracterizaba: "El verdadero Papa soy yo".
A lo largo de la historía el castillo fue reforzado con nuevas construcciones. El Papa Luna añadió una nueva edificación, llamada "Torre del Papa Luna". En el año 1576, Felipe II ordenó la construcción de nuevas fortificaciones que sirvieran para defenderse de los ataques piratas berberiscos. Felipe V, en el año 1705, reforzó aún más el castillo. Hasta nosotros llegó en casi perfecto estado de conservación, aunque le falta una pequeña parte que quedó destruida en 1814 durante la Guerra de la Independencia.
Protegidos
por las murallas del Castillo se hallan también: el Templo Parroquial
de Santa María, del Siglo XIII, conocido hasta el año 2005 como Iglesia
Parroquial de Nuestra Señora del Socorro, así como la Ermita de la
Virgen de la Ermitana, adosada al Castillo y que data del Siglo XVIII.
Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1931.
El autor de la foto: @enzel78
Castillo de Peñíscola visto desde el aire:
Foto de CA Marco:
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