La Roca del Moro:
Son muchos los mitos y leyendas que circulan por Alcocéber sobre su historia y, poco a poco, os los iré contando. Hoy quiero hablaros de la leyenda de la “Roca del Moro”. Esta roca atesora una bonita historia de amor entre dos jóvenes de esta población:
En el siglo XIV convivían en Alcocéber familias con orígenes diferentes: los que habían llegado antes de la conquista de Jaime I, moros, y los que llegaron después, cristianos. Cuenta la historia que un día, estando trabajando un joven campesino, descendiente de los primeros pobladores de esta zona, quedó cautivado al ver transitar a una joven. La bella dama pasaba todos los días a la misma hora delante de donde trabajaba este humilde campesino. Un día, tentado por la atracción que empezaba a sentir por la joven, decidió seguirla hasta su casa, pero se sorprendió al descubrir que la joven dama pertenecía a una familia cristiana, un amor imposible en aquella época por sus diferentes religiones.
Todos los días, el joven esperaba impaciente la hora de que su bella dama pasase por el camino. Ella le miraba tímidamente cuando se cruzaban sus miradas. Fue así como poco a poco surgió el amor entre ellos. No lo tuvieron fácil, tenían que verse a escondidas en un lugar apartado y que guardase su gran secreto, una pequeña roca a escasos metros de la orilla. Todas las noches el joven esperaba impaciente la llegada de su amada, la cual escapaba de casa cuando todos dormían para no ser descubierta y acudía a la cita para vivir en secreto su amor. Pronto el padre empezó a sospechar que algo le pasaba a su hija y decidió esperar a que la joven saliese de casa, la aguardó a la vera del camino y la obligó a contarle a dónde iba. Al descubrir su romance con el joven campesino decidió meterla en un convento de clausura esa misma noche y nunca más se supo de ella. El muchacho estuvo toda la noche esperando sin ser consciente de lo que pasaba… Desde aquel día, todas las noches durante toda su vida el joven acudía a la roca a esperar la llegada de su amada, sentado, aguardando y observando el horizonte para verla aparecer en cualquier momento y viviendo de sus recuerdos.
Una mañana unos pescadores que salían a faenar, encontraron el cuerpo sin vida del joven campesino tendido en la roca, dicen que murió de pena esperando a su amada. Trágico final para una bella historia de amor que pudo ser y no fue. Desde aquel día los vecinos de Alcocéber se refieren al lugar como la “Roca del Moro”.
En el siglo XIV convivían en Alcocéber familias con orígenes diferentes: los que habían llegado antes de la conquista de Jaime I, moros, y los que llegaron después, cristianos. Cuenta la historia que un día, estando trabajando un joven campesino, descendiente de los primeros pobladores de esta zona, quedó cautivado al ver transitar a una joven. La bella dama pasaba todos los días a la misma hora delante de donde trabajaba este humilde campesino. Un día, tentado por la atracción que empezaba a sentir por la joven, decidió seguirla hasta su casa, pero se sorprendió al descubrir que la joven dama pertenecía a una familia cristiana, un amor imposible en aquella época por sus diferentes religiones.
Todos los días, el joven esperaba impaciente la hora de que su bella dama pasase por el camino. Ella le miraba tímidamente cuando se cruzaban sus miradas. Fue así como poco a poco surgió el amor entre ellos. No lo tuvieron fácil, tenían que verse a escondidas en un lugar apartado y que guardase su gran secreto, una pequeña roca a escasos metros de la orilla. Todas las noches el joven esperaba impaciente la llegada de su amada, la cual escapaba de casa cuando todos dormían para no ser descubierta y acudía a la cita para vivir en secreto su amor. Pronto el padre empezó a sospechar que algo le pasaba a su hija y decidió esperar a que la joven saliese de casa, la aguardó a la vera del camino y la obligó a contarle a dónde iba. Al descubrir su romance con el joven campesino decidió meterla en un convento de clausura esa misma noche y nunca más se supo de ella. El muchacho estuvo toda la noche esperando sin ser consciente de lo que pasaba… Desde aquel día, todas las noches durante toda su vida el joven acudía a la roca a esperar la llegada de su amada, sentado, aguardando y observando el horizonte para verla aparecer en cualquier momento y viviendo de sus recuerdos.
Una mañana unos pescadores que salían a faenar, encontraron el cuerpo sin vida del joven campesino tendido en la roca, dicen que murió de pena esperando a su amada. Trágico final para una bella historia de amor que pudo ser y no fue. Desde aquel día los vecinos de Alcocéber se refieren al lugar como la “Roca del Moro”.
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